Los datos de la última Encuesta Nacional de Salud muestran una gran inequidad en la prevención de la enfermedad, algo en lo que se debe trabajar para poder mejorar.
Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, una oportunidad para concientizar, educar y mejorar la comprensión del VIH como un problema de salud pública mundial. Este año, el lema que la Organización Panamericana de la Salud es: “Todos cuentan. Terminemos con el Sida”. Aunque el lema cambia todos los años, las políticas públicas más importantes a aplicar en esta enfermedad siguen siendo las mismas: 1) prevención primaria, es decir evitar el contagio de la enfermedad a través del uso de métodos de barrera; y 2) prevención secundaria realizando un diagnóstico precoz de aquellos contagiados con el examen del VIH.
¿Pero cuáles son los resultados de las políticas públicas en nuestro país? La última Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017 arrojó un preocupante resultado respecto al uso de preservativos y el examen del VIH/SIDA. A nivel nacional, solo un 17,2% de los encuestados se ha realizado el test del VIH en el último año. Esta cifra representa una baja significativa, ya que en la anterior encuesta (ENS 2009-10) un 28,8% declaró haberse realizado el examen.
Respecto a la edad de quienes se han realizado el examen, todos los tramos etarios han disminuido. La baja más significativa se registra en el grupo entre 25 y 44 años, quienes en la encuesta 2009-10 registraban un 44,5%; sin embargo, en la encuesta actual sólo un 23,8% se ha realizado el test. En el tramo 15-24 años, también baja este índice, de 17,0% a 12,3%.
Al desglozar las motivaciones para realizarse el examen del VIH/SIDA, el control de un embarazo constituye la principal causa de su realización.
Ante esto, la Fundación Equidad, llama a las instituciones sanitarias a preocuparse de las políticas públicas sobre prevención primaria y secundaria de esta patología, sobretodo considerando, que se distribuyen asimétricamente en la población de acuerdo a las determinantes sociales de la salud.
“Es en el área de prevención del contagio, donde podemos ver demostrada una gran inequidad puesto que los grupos socoioeconómicos más bajos son los que menos usan el preservativo según la encuesta”, señala Tomas Lagomarsino, médico y presidente de la Fundación Equidad, quien agrega que “el VIH pasó de ser una enfermedad mortal a una patología crónica lo cual plantea nuevos desafíos, porque tenemos una mayor población que debe estar recibiendo sus medicamentos y estando en control”.
Estos índices ratifican la preocupación por el aumento de nuevos casos de VIH en Chile. De acuerdo a la ONU SIDA, en 2015 se registraban en Chile 4.291 casos confirmados por el ISP, mientras que 2.631 personas fueron notificadas y se encontraban en control en la red de salud.
Con estas cifras, Chile se posiciona como el país en el que más han aumentado los nuevos casos entre 2010 y 2016, con un aumento de 34%.
“Aunque en el papel y los discursos se habla de un sistema de salud que promociona la salud y previene la enfermedad, la verdad es que seguimos siendo eminentemente curativos y con un enfoque biomédico; mientras no se refuerce la atención primaria con recursos estos resultados no mejorarán tanto en el área del VIH como en otros factores de riesgo como los cardiovasculares”, finaliza Lagomarsino.